miércoles, 9 de enero de 2013

RENACER EN CADA NACIMIENTO

El sitio está limpio, ventilado y claro. En sus pasillos personas vestidas de blanco se mueven con agilidad, unas veces solas, otras acompañadas por mujeres de voluminosos vientres, o por las que recién tuvieron su bebé por parto fisiológico o cesárea. La estancia en la Maternidad del hospital general univesitario Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, me remonta a muchos años atrás, exactamente 19, cuando fui paciente y salí con mi “retoño” en brazos. Muchos de los rostros que encuentro son sumamente conocidos, porque en aquel entonces, algunos de ellos extremadamente jóvenes, allí se mantienen, firmes en el cumplimiento del hermoso deber. La institución (291 camas para ingreso, de ellas 60 de neonatología) tiene como objeto social la atención integral de las mujeres y de sus hijos antes y después de nacer, a fin de asegurar la calidad total y seguridad del paciente. Su Misión es ayudar a las féminas a ejercer el derecho al cuidado de su salud, la planificación de su embarazo, lograr un nacimiento y puerperio seguros y brindar cuidado especializado del niño por nacer y del recién nacido, en base al desarrollo integral de la docencia e investigación, monitoreo de resultados, atención humanizada, efectiva y eficiente. EJE PRIMORDIAL Los pacientes son el eje fundamental alrededor del cual se diseña toda la actividad hospitalaria, asegura el doctor César Emilio Sánchez Alarcón, especialista de segundo grado en Ginecoobstetricia, profesor auxiliar y jefe del servicio de obstetricia en la institución. Con cinco mil 468 nacimientos en 2012, de ellos 12 fallecidos (siete menos que en 2011), lograron una tasa de mortalidad infantil de 2,1, situándose entre los más destacados del país en ese indicador. Con evidente optimismo el doctor César Emilio enfatiza en la importancia de haber mantener la mortalidad materna directa en cero, y en la reducción de cesáreas primitivas, intervención quirúrgica que según afirma incide con fuerza en la mortalidad y la morbilidad. “Se redujeron los índices de bajo peso al nacer, hipópsias, y muertes fetales intermedia y tardía. “Por suerte tenemos una magnífica sala de Perinatología que cuenta con un personal especializado y con una gran sensibilidad.” FORTALEZAS La unidad y la cohesión descuellan como los aspectos positivos de estos 242 trabajadores, entre los cuales figuran 77 médicos entre especialistas y residentes ( 21 en misión internacionalista). Las fortalezas están igualmente vilculadas a la prioridad humana y de recursos que se da al Programa Materno Infantil, la integración entre la Terapia y las unidades ginecoostétrica y de neonatología, completamiento de los equipos de guardia, apoyo de la Atención Primaria de Salud y eficiente servicios de las salas de Piel a Piel y de Perinatología. La licenciada en Enfermería María Donatién, de la sala 3 Q, quien labora en la institución de salud desde 1986, corrobora que el mayor éxito es la unidad lograda entre ellos. “Ya somos una familia grande -dice- que hablamos un mismo vocabulario y nos orientamos hacia igual meta. Para mí aquí está mi vida laboral activa, resumida en las paredes, en los buroes, en las miles de pacientes que he atentido. “Esta es una sala de larga estadía, es decir, donde se ingresan las gestantes patológicas, y ha sido verdaderamente una escuela para mí. Me siento totalmente realizada profesionalmente.” Es gratificante escuchar los criterios de algunas de las pecientes como Elideysis, Yaquelín, Dayamí, Yorennis y Aliuska, quienes coinciden en la buena atención e higiene, preocupación y ocupación constante de médicos y enfermeras, humanismo, colectividad y profesionalidad. Así, cada día, gente común, pero a la vez especial, renace en cada nacimiento.

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