viernes, 30 de noviembre de 2012

El mérito de la retribución

Menuda, delicada y “frágil”, de voz suave y manos habilidosas para aliviar el dolor, así veo a esta joven bayamesa que 23 años atrás vino al mundo como una personita sumamente valiosa. La hoy doctora en Estomatología Marta Garcés Rosales, graduada con Título de Oro en el año académico 2010-2011, fue noticia en la primera plana de este semanario el 21 de noviembre de 1989, a través de una carta de agradecimiento enviada por su padre, y publicada con el título “Sí Sergio, eso es socialismo”, que en algunos de sus párrafos dice: “Se trata de reconocer un esfuerzo y de divulgar también un mérito científico, mi esposa, Marta Rosales Tamayo, llevó años tratando de llevar a feliz término un parto, parecía que su voluntad y la ciencia no bastaban. “Después de seis meses de ingresada en la sala de Perinatología del hospital Carlos Manuel de Céspedes, logró en el día de ayer culminar un período en que la previsión científica y el cuidado esmerado de un grupo de profesionales y personal de servicio se conjugaron eficazmente. “Quiero compañero director hacerme algunas preguntas que quizás a alguien pudieran servir: ¿puede un matrimonio de trabajadores costearse en cualquier otra sociedad la estancia especializada en una unidad de salud por seis meses?, ¿podrán nacer niños como la nuestra en otro país, en cualquier otro hospital, en los más sofisticados y elitistas?, cuando de por medio no está el dinero y el interés, sino la eficiencia de profesionales preparados para servir al pueblo, entregados a su profesión y que de recompensa solo esperan la utilidad del servicio prestado, imposible de medir con dinero. “¿Habrá entonces quien pretenda negarle a la Revolución los esfuerzos que en el campo de la salud, solo para nombrar al que nos ocupa, hace por el pueblo?” La misiva concluye plasmando los nombres de quienes como un familiar más, contribuyeron directamente y celebraron el advenimiento de la pequeña: doctor Norberto Guerra, doctora María Millán, enfermera jefa Mayda Aguilera; enfermeras Paula Medina, Juana Bandeur y Marta Viera; trabajadores auxiliares Virgen Hernández y Rafael Corrales. Cumpliendo con su servicio social en la Clínica estomatológica del municipio de Buey Arriba, Martica, como cariñosamente la llaman, asegura que “esta es una forma de retribuir todo cuanto se invirtió en mí, pues soy hija de la Revolución, y solo en Cuba hubiera podido estudiar esta carrera”. Allí la encontramos, desenvuelta y segura, como si siempre fuera parte de ese colectivo; confiada en su preparación; con la alegría de quien trabaja en lo que un día soñó y realmente ama. Alegre y buena anfitriona conversa sobre su vida: “Desde que tuve uso de razón supe de cómo fue mi nacimiento, pues mi papá me leía frecuentemente la carta publicada, y con el tiempo entendí. “Estudié en el IPVC Silberto Álvarez Aroche y decidí optar por la carrera de Estomatología, porque siempre me gustó ayudar a las demás personas. “Mi estancia en este montañoso municipio es acogedora, disfruto de la sencillez y bondad de las personas, que me hacen sentir cómoda, relajada y protegida, aunque no niego la necesidad de mis padres, pues los extraño y llamo por teléfono diariamente. “Quisiera cuando vaya a ser madre tener el apoyo y la atención médica que mi progenitora recibió. “La vida laboral es un poco difícil, estudiar es una cosa pero ya trabajar es otra, sin embargo he tenido la suerte de contar con compañeros muy profesionales, ha sido una magnífica experiencia.” Su alto valor humano se evidencia en una anécdota que trae a colación: “Hace poco encontré en el cuerpo de guardia a una muchachita de Nuevo Yao, de solo 14 años con todos los dientes anteriores cariados y con abscesos, la inflamación era tremenda, ella solo quería librarse de esa situación y aceptó la necesidad de extraerlos todos. “Continué atendiéndola, le restauré toda la dentadura y ya está próxima la colocación de la prótesis estomatológica parcial; aunque no pertenece a mi área, pero me sentí obligada a ayudarla, al punto de costear su tratamiento, poder hace todo eso me emocionó mucho y ratificó el apego a la carrera elegida.” Martica tiene la jovialidad de las jóvenes. Su rostro grácil pareciera agradecer a diario la entrega de quienes lograron su feliz llegada al mundo. Quizás por ser ella misma prueba fidedigna de cuánto se puede sembrar en el corazón de una personas en apenas fracciones de segundos.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Gigante de corazón

Martes 23 de octubre- La joven de baja estatura y ágiles movimientos se desplaza de una a otra vivienda bajo una pertinaz llovizna que desde la noche anterior no cesa. Se mantiene tensa, preocupada porque a cada momento empeoran las condiciones del tiempo y es inminente el impacto de “Sandy” con tierras del oriente cubano. La doctora Yanelis Sánchez Roselló, médico de la familia de la comunidad del Aguacate, en el municipio de Río Cauto, está a punto de enfrentar el más intenso acontecimiento de su vida. ANTE EL PELIGRO Ante los peligros de fenómenos como el huracán Sandy, que amenazaba con serias consecuencias a los pobladores de Granma, cientos de hombres y mujeres pusieron en peligro su salud y hasta su vida para proteger al resto, ellos son, los que con heroicidad, casi siempre anónima, recorren las comunidades asegurando la evacuación oportuna de personas y recursos, brindando atención médica y los servicios imprescindibles ante tales contingencias. La joven doctora es uno de ellos, con una destacada actitud en la evacuación de sus pacientes. “Desde por la mañana se sabía que era preciso evacuar al personal, pero el transporte no llegaba, llamé en varias ocasiones para conocer el horario de recogida y siempre me decían: ’no se preocupe es seguro, pero usted debe salir de allí inmediatamente, recuerde sus problemas de salud, sobre todo el asma’. “Pero nunca pasó por mi mente, no obstante estar ya con falta aire, irme y dejar atrás, solos, a mis pacientes, entre los cuales hay asmáticos crónicos, niños pequeños y ancianos hipertensos, por eso, decidí sin pérdida de tiempo irme a pie y sola para Las Ovas y luego a La Macota, distantes a cuatro kilómetros de donde me encontraba. “Estaba preocupada, porque mi población allí es pequeña, de 12 viviendas, pero es un lugar de difícil acceso, todo el mundo decía ahí no se puede pasar, el agua nos da por encima de la rodilla, el camino está muy malo, yo, sencillamente, y sin pensarlo dos veces, me puse la capa y con dos palos como sostén, sorteando lagunas y canales, partí. “Perdí la cuenta de las veces que me caí en el fango, de los sustos y hasta el temor, por qué negarlo, pero llegué al lugar, ya con la crisis de asma. Hablé con las personas, entendieron, prepararon los bolsos y los ayudé a salir. No fue fácil el retorno.” DONDE USTEDES ESTEN, YO TAMBIEN Al paso de los días lo sucedido cobra mayor nitidez para Yanelis, que de certificado médico en su casa del reparto La Unión, en Bayamo, lamenta no poder estar ahora entre sus pacientes. La encontramos entre areosoles, antibióticos y “reposo”, pero pendiente a través del teléfono de la cotidianidad de la comunidad de Grito de Yara y los barrios aledaños, de donde ya se siente parte. Mientras conversamos, ella, sumamente comunicativa, se ve forzada a detenerse por la tos y la respiración entrecortada. Retoma el tema y asegura que la inquietud creció por momentos mientras caía la tarde. “Aproximadamente a las 5:00 pm llegaron las carretas, acomodamos a los vecinos, y ya oscuro salimos por un camino bastante dañado que hizo la evacuación un tanto accidentada, se viraba hasta casi topar el suelo, lo que provocaba nos agolpeáramos constantemente. “Pocos recursos podía emplear al no haber electricidad, las nuevas técnicas de Medicina Natural Tradicional (MNT) me facilitaron el trabajo, comprimiendo los puntos que podían ayudar a rebasar el asma en un niño de 10 meses de nacido, por eso no lo solté, lo mantuve pegado a mí. “Yo me sentí cada vez peor, ya no podía respirar apenas, el asma me imposibilitaba estar de pie, y por señas le pidió ayuda a la enfermera, ella comienza a llorar pararon la carreta, me bajaron, y Sandro el rehabilitador me dio los primeros auxilios, eso me ayudó a recuperarme un poco, pues estaba con cianosis. “Finalmente llegamos al centro de evacuación y allí la doctora Iraís rápidamente me puso oxígeno y me canalizó la vena para el suero, pero me negué, hasta comprobar que otras personas no lo necesitaban. “La recuperación fue rápida, en menos de una hora estaba con el resto del equipo de salud atendiendo a la población, porque los conozco, sé el problema de cada cual. Esta es mi profesión, mi deber, nadie más indicado que yo para estar al frente del cuidado de mis pacientes.” ¡QUE VALOR¡ Para Carmen González , integrante del Buró provincial del Partido, esta joven doctora es sumamente valiente y cumplió dentro de su terruño, la más hermosa de las misiones, por salvar la vida de sus coterráneos, aún a costa de la propia. “La vi llegar al centro de evacuación empapada, en muy mal estado de salud y con un niño en brazos. Apenas podía articular palabra, pero su preocupación era la atención a los más pequeños y los ancianos. “Mientras, sus pacientes afirmaban, ella es lo mejor que hemos tenido, definiéndola como ‘una tacita de oro’. “Me impactó verla negarse rotundamente a utilizar el suero hasta corroborar la existencia de otros, y prácticamente a minutos, ponerse en pie y sumarse al trabajo. “Ya conocía de su encomiable labor en una zona prácticamente inaccesible y de viviendas muy dispersas, pues en solo dos meses ha logrado dispensarizar y conocer toda la comunidad. “Es realmente una profesional de la salud con letras mayúsculas, como lo requiere la Revolución.” El colega Rafael Traba, de la emisora provincial Radio Bayamo, presencial del hecho, al ser contactado para tener detalles de primera mano, dijo visiblemente emocionado: “A esa muchacha lo que le falta en tamaño le sobra en bravura. Soy afortunado por estar presente desde que bajó de la carreta hasta su traslado al hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo. “En poco tiempo ha logrado el cariño, el respeto, la admiración y la confianza de los pobladores de la zona, porque allí lo manifestaron abiertamente, y eso es realmente meritorio.” PRIMERO EL DEBER Graduada en julio de 2012, Yanelis cumple su servicio social en el consultorio de El Aguacate, y atiende Las Ovas, Saladillo, La Macota y El Palmar, con una población de 587 pacientes. “Soy asmática desde los seis meses de nacida, por eso he sido la más mimada de mi familia, de la cual nunca antes me había separado, pero el deber y la responsabilidad me alentaron al principio para adaptarme. Estoy rodeada de gente humilde, sincera, buena, y eso me forja como profesional y como ser humano. “Al terminar el preuniversitario me llegó Ingeniería Química, pero por severos problemas de salud estuve dos años desvinculada totalmente del estudio, luego, mediante el Curso integral para jóvenes, obtuve la carrera de Medicina. “Mi esposo Yunier Hernández me alentó mucho para ser médico, y es junto a mi madre una gran ayuda para mí, también lo son mis hijos, Alejandro y Norge, de nueve y 12 años, respectivamente. “Estuve a punto de perder la vida, pero fue para mí una experiencia imborrable, crecí. Hoy veo el futuro diferente”. Fotos: Palacios 2012/ salud/ entrevista Doctora Yanelis 0374- 0404 EDITADO Gigante de corazón Por María Valerino San Pedro Fotos: Luis Carlos Palacios Martes 23 de octubre- La joven, de baja estatura y ágiles movimientos, se desplaza de una a otra vivienda bajo una pertinaz llovizna, que desde la noche anterior no cesa. Se mantiene tensa, sumamente preocupada, porque a cada momento empeoran las condiciones del tiempo y es inminente el impacto de “Sandy” con tierras del oriente cubano. La doctora Yanelis Sánchez Roselló, médico de la familia de la comunidad de El Aguacate, en el municipio de Río Cauto, está a punto de enfrentar el más intenso acontecimiento de su vida. ANTE EL PELIGRO Ante los peligros de fenómenos como el huracán Sandy, que amenazaba con serias consecuencias a los pobladores de Granma, cientos de hombres y mujeres pusieron en peligro su salud, y hasta su vida, para proteger al resto; ellos son los que con heroicidad, casi siempre anónima, recorren las comunidades asegurando la evacuación oportuna de personas y recursos, brindando atención médica y los servicios imprescindibles ante tales contingencias. La joven doctora es uno de ellos, con una destacada actitud en la evacuación de sus pacientes. “Desde por la mañana se sabía que era preciso evacuar al personal, pero el transporte no llegaba, llamé en varias ocasiones para conocer el horario de recogida y siempre me decían: ’no se preocupe, es seguro, pero usted debe salir de allí inmediatamente; recuerde sus problemas de salud, sobre todo el asma’. “Pero nunca pasó por mi mente, no obstante estar ya con falta aire, irme y dejar atrás, solos, a mis pacientes, entre los cuales hay asmáticos crónicos, niños pequeños y ancianos hipertensos, por eso, decidí, sin pérdida de tiempo, irme a pie y sola para Las Ovas y luego a La Macota, distantes cuatro kilómetros de donde me encontraba. “Estaba preocupada, porque mi población allí es pequeña, de 12 viviendas, pero es un lugar de difícil acceso. Todo el mundo decía que ahí no se podía pasar, porque el agua nos daba por encima de la rodilla, el camino está muy malo. Sin pensarlo dos veces, me puse la capa y con dos palos como sostén, sorteando lagunas y canales, partí. “Perdí la cuenta de las veces que me caí en el fango, de los sustos y hasta el temor, ¿por qué negarlo?, pero llegué al lugar, ya con la crisis de asma. Hablé con las personas, entendieron, prepararon los bolsos y los ayudé a salir. No fue fácil el retorno.” DONDE USTEDES ESTEN, YO TAMBIEN Al paso de los días, Yanelis, de certificado médico, en su casa, en el reparto La Unión, en Bayamo, lamenta no poder estar ahora entre sus pacientes. La encontramos entre areosoles, antibióticos y “reposo”, pero pendiente, mediante el teléfono, de la cotidianidad de la comunidad de Grito de Yara y los barrios aledaños, de donde ya se siente parte. Mientras conversamos, se ve forzada a detenerse por la tos y la respiración entrecortada. Retoma el tema y asegura que la inquietud creció por momentos mientras caía la tarde. “Aproximadamente a las 5:00 pm llegaron las carretas, acomodamos a los vecinos, y ya oscuro salimos por un camino bastante dañado, que hizo la evacuación un tanto accidentada, se viraba hasta casi topar el suelo, lo que provocaba que nos agolpeáramos constantemente. “Pocos recursos podía emplear, al no haber electricidad. Las técnicas de Medicina Natural Tradicional (MNT) me facilitaron el trabajo, comprimiendo los puntos que podían ayudar a rebasar el asma en un niño de 10 meses de nacido, por eso no lo solté, lo mantuve pegado a mí. “Yo me sentí cada vez peor, ya no podía respirar apenas, el asma me imposibilitaba estar de pie, y por señas le pedí ayuda a la enfermera, ella comenzó a llorar; pararon la carreta, me bajaron, y Sandro, el rehabilitador, me dio los primeros auxilios; eso me ayudó a recuperarme un poco, pues estaba con cianosis. Al llegar al centro de evacuación, la doctora Iraís le suministró oxigeno y le canalizó la vena para el suero, pero Yanelis se negó a recibirlo: “otras personas lo necesitan más”. “La recuperación fue rápida, en menos de una hora estaba con el resto del equipo de salud atendiendo a la población, porque los conozco, sé el problema de cada cual. Esta es mi profesión, mi deber, nadie más indicado que yo para estar al frente del cuidado de mis pacientes“, narra.” ¡QUE VALOR¡ Para Carmen González Álvarez, integrante del Buró provincial del Partido, esta joven doctora es paradigma de valentía, y cumplió, dentro de su terruño, la más hermosa de las misiones, por salvar la vida de sus coterráneos, aún a costa de la propia. “La vi llegar al centro de evacuación empapada, en muy mal estado de salud y con un niño en brazos. Apenas podía articular palabra, pero su preocupación era la atención a los más pequeños y a los ancianos. “Mientras, sus pacientes afirmaban que ella es lo mejor que han tenido, y la definieron como ‘una tacita de oro’. “Me impactó verla negarse rotundamente a utilizar el suero hasta corroborar la existencia de otros, y prácticamente a minutos, ponerse en pie y sumarse al trabajo. “Ya conocía de su encomiable labor en una zona prácticamente inaccesible y de viviendas muy dispersas, pues en solo dos meses ha logrado dispensarizar y conocer toda la comunidad. “Es realmente una profesional de la salud con letras mayúsculas, como lo requiere la Revolución.” El colega Rafael Traba, de la emisora provincial Radio Bayamo, quien presenció al suceso, al ser contactado para tener detalles de primera mano, dijo, visiblemente emocionado: “A esa muchacha lo que le falta en tamaño le sobra en bravura. Soy afortunado por estar presente desde que bajó de la carreta hasta su traslado al hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo. “En poco tiempo ha logrado el cariño, el respeto, la admiración y la confianza de los pobladores de la zona, porque allí lo manifestaron abiertamente, y eso es realmente meritorio.” PRIMERO EL DEBER Graduada en julio de 2012, Yanelis cumple su servicio social en el consultorio de El Aguacate, y atiende Las Ovas, Saladillo, La Macota y El Palmar, con una población de 587 pacientes. “Soy asmática desde los seis meses de nacida, por eso he sido la más mimada de mi familia, de la cual nunca antes me había separado, pero el deber y la responsabilidad me alentaron para adaptarme. Estoy rodeada de gente humilde, sincera, buena, y eso me forja como profesional y como ser humano. “Al terminar el preuniversitario me llegó Ingeniería Química, pero por severos problemas de salud estuve dos años desvinculada totalmente del estudio, luego, mediante el Curso integral para jóvenes, obtuve la carrera de Medicina. “Mi esposo, Yunier Hernández, me animó mucho para ser médico, y es, junto a mi madre, una gran ayuda para mí; también lo son mis hijos, Alejandro y Norge, de nueve y 12 años, respectivamente. “Fue una experiencia imborrable, crecí. Hoy veo la vida diferente”.

Gigante de corazón

Martes 23 de octubre- La joven de baja estatura y ágiles movimientos se desplaza de una a otra vivienda bajo una pertinaz llovizna que desde la noche anterior no cesa. Se mantiene tensa, preocupada porque a cada momento empeoran las condiciones del tiempo y es inminente el impacto de “Sandy” con tierras del oriente cubano. La doctora Yanelis Sánchez Roselló, médico de la familia de la comunidad del Aguacate, en el municipio de Río Cauto, está a punto de enfrentar el más intenso acontecimiento de su vida. ANTE EL PELIGRO Ante los peligros de fenómenos como el huracán Sandy, que amenazaba con serias consecuencias a los pobladores de Granma, cientos de hombres y mujeres pusieron en peligro su salud y hasta su vida para proteger al resto, ellos son, los que con heroicidad, casi siempre anónima, recorren las comunidades asegurando la evacuación oportuna de personas y recursos, brindando atención médica y los servicios imprescindibles ante tales contingencias. La joven doctora es uno de ellos, con una destacada actitud en la evacuación de sus pacientes. “Desde por la mañana se sabía que era preciso evacuar al personal, pero el transporte no llegaba, llamé en varias ocasiones para conocer el horario de recogida y siempre me decían: ’no se preocupe es seguro, pero usted debe salir de allí inmediatamente, recuerde sus problemas de salud, sobre todo el asma’. “Pero nunca pasó por mi mente, no obstante estar ya con falta aire, irme y dejar atrás, solos, a mis pacientes, entre los cuales hay asmáticos crónicos, niños pequeños y ancianos hipertensos, por eso, decidí sin pérdida de tiempo irme a pie y sola para Las Ovas y luego a La Macota, distantes a cuatro kilómetros de donde me encontraba. “Estaba preocupada, porque mi población allí es pequeña, de 12 viviendas, pero es un lugar de difícil acceso, todo el mundo decía ahí no se puede pasar, el agua nos da por encima de la rodilla, el camino está muy malo, yo, sencillamente, y sin pensarlo dos veces, me puse la capa y con dos palos como sostén, sorteando lagunas y canales, partí. “Perdí la cuenta de las veces que me caí en el fango, de los sustos y hasta el temor, por qué negarlo, pero llegué al lugar, ya con la crisis de asma. Hablé con las personas, entendieron, prepararon los bolsos y los ayudé a salir. No fue fácil el retorno.” DONDE USTEDES ESTEN, YO TAMBIEN Al paso de los días lo sucedido cobra mayor nitidez para Yanelis, que de certificado médico en su casa del reparto La Unión, en Bayamo, lamenta no poder estar ahora entre sus pacientes. La encontramos entre areosoles, antibióticos y “reposo”, pero pendiente a través del teléfono de la cotidianidad de la comunidad de Grito de Yara y los barrios aledaños, de donde ya se siente parte. Mientras conversamos, ella, sumamente comunicativa, se ve forzada a detenerse por la tos y la respiración entrecortada. Retoma el tema y asegura que la inquietud creció por momentos mientras caía la tarde. “Aproximadamente a las 5:00 pm llegaron las carretas, acomodamos a los vecinos, y ya oscuro salimos por un camino bastante dañado que hizo la evacuación un tanto accidentada, se viraba hasta casi topar el suelo, lo que provocaba nos agolpeáramos constantemente. “Pocos recursos podía emplear al no haber electricidad, las nuevas técnicas de Medicina Natural Tradicional (MNT) me facilitaron el trabajo, comprimiendo los puntos que podían ayudar a rebasar el asma en un niño de 10 meses de nacido, por eso no lo solté, lo mantuve pegado a mí. “Yo me sentí cada vez peor, ya no podía respirar apenas, el asma me imposibilitaba estar de pie, y por señas le pidió ayuda a la enfermera, ella comienza a llorar pararon la carreta, me bajaron, y Sandro el rehabilitador me dio los primeros auxilios, eso me ayudó a recuperarme un poco, pues estaba con cianosis. “Finalmente llegamos al centro de evacuación y allí la doctora Iraís rápidamente me puso oxígeno y me canalizó la vena para el suero, pero me negué, hasta comprobar que otras personas no lo necesitaban. “La recuperación fue rápida, en menos de una hora estaba con el resto del equipo de salud atendiendo a la población, porque los conozco, sé el problema de cada cual. Esta es mi profesión, mi deber, nadie más indicado que yo para estar al frente del cuidado de mis pacientes.” ¡QUE VALOR¡ Para Carmen González , integrante del Buró provincial del Partido, esta joven doctora es sumamente valiente y cumplió dentro de su terruño, la más hermosa de las misiones, por salvar la vida de sus coterráneos, aún a costa de la propia. “La vi llegar al centro de evacuación empapada, en muy mal estado de salud y con un niño en brazos. Apenas podía articular palabra, pero su preocupación era la atención a los más pequeños y los ancianos. “Mientras, sus pacientes afirmaban, ella es lo mejor que hemos tenido, definiéndola como ‘una tacita de oro’. “Me impactó verla negarse rotundamente a utilizar el suero hasta corroborar la existencia de otros, y prácticamente a minutos, ponerse en pie y sumarse al trabajo. “Ya conocía de su encomiable labor en una zona prácticamente inaccesible y de viviendas muy dispersas, pues en solo dos meses ha logrado dispensarizar y conocer toda la comunidad. “Es realmente una profesional de la salud con letras mayúsculas, como lo requiere la Revolución.” El colega Rafael Traba, de la emisora provincial Radio Bayamo, presencial del hecho, al ser contactado para tener detalles de primera mano, dijo visiblemente emocionado: “A esa muchacha lo que le falta en tamaño le sobra en bravura. Soy afortunado por estar presente desde que bajó de la carreta hasta su traslado al hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo. “En poco tiempo ha logrado el cariño, el respeto, la admiración y la confianza de los pobladores de la zona, porque allí lo manifestaron abiertamente, y eso es realmente meritorio.” PRIMERO EL DEBER Graduada en julio de 2012, Yanelis cumple su servicio social en el consultorio de El Aguacate, y atiende Las Ovas, Saladillo, La Macota y El Palmar, con una población de 587 pacientes. “Soy asmática desde los seis meses de nacida, por eso he sido la más mimada de mi familia, de la cual nunca antes me había separado, pero el deber y la responsabilidad me alentaron al principio para adaptarme. Estoy rodeada de gente humilde, sincera, buena, y eso me forja como profesional y como ser humano. “Al terminar el preuniversitario me llegó Ingeniería Química, pero por severos problemas de salud estuve dos años desvinculada totalmente del estudio, luego, mediante el Curso integral para jóvenes, obtuve la carrera de Medicina. “Mi esposo Yunier Hernández me alentó mucho para ser médico, y es junto a mi madre una gran ayuda para mí, también lo son mis hijos, Alejandro y Norge, de nueve y 12 años, respectivamente. “Estuve a punto de perder la vida, pero fue para mí una experiencia imborrable, crecí. Hoy veo el futuro diferente”. Fotos: Palacios 2012/ salud/ entrevista Doctora Yanelis 0374- 0404 EDITADO Gigante de corazón Por María Valerino San Pedro Fotos: Luis Carlos Palacios Martes 23 de octubre- La joven, de baja estatura y ágiles movimientos, se desplaza de una a otra vivienda bajo una pertinaz llovizna, que desde la noche anterior no cesa. Se mantiene tensa, sumamente preocupada, porque a cada momento empeoran las condiciones del tiempo y es inminente el impacto de “Sandy” con tierras del oriente cubano. La doctora Yanelis Sánchez Roselló, médico de la familia de la comunidad de El Aguacate, en el municipio de Río Cauto, está a punto de enfrentar el más intenso acontecimiento de su vida. ANTE EL PELIGRO Ante los peligros de fenómenos como el huracán Sandy, que amenazaba con serias consecuencias a los pobladores de Granma, cientos de hombres y mujeres pusieron en peligro su salud, y hasta su vida, para proteger al resto; ellos son los que con heroicidad, casi siempre anónima, recorren las comunidades asegurando la evacuación oportuna de personas y recursos, brindando atención médica y los servicios imprescindibles ante tales contingencias. La joven doctora es uno de ellos, con una destacada actitud en la evacuación de sus pacientes. “Desde por la mañana se sabía que era preciso evacuar al personal, pero el transporte no llegaba, llamé en varias ocasiones para conocer el horario de recogida y siempre me decían: ’no se preocupe, es seguro, pero usted debe salir de allí inmediatamente; recuerde sus problemas de salud, sobre todo el asma’. “Pero nunca pasó por mi mente, no obstante estar ya con falta aire, irme y dejar atrás, solos, a mis pacientes, entre los cuales hay asmáticos crónicos, niños pequeños y ancianos hipertensos, por eso, decidí, sin pérdida de tiempo, irme a pie y sola para Las Ovas y luego a La Macota, distantes cuatro kilómetros de donde me encontraba. “Estaba preocupada, porque mi población allí es pequeña, de 12 viviendas, pero es un lugar de difícil acceso. Todo el mundo decía que ahí no se podía pasar, porque el agua nos daba por encima de la rodilla, el camino está muy malo. Sin pensarlo dos veces, me puse la capa y con dos palos como sostén, sorteando lagunas y canales, partí. “Perdí la cuenta de las veces que me caí en el fango, de los sustos y hasta el temor, ¿por qué negarlo?, pero llegué al lugar, ya con la crisis de asma. Hablé con las personas, entendieron, prepararon los bolsos y los ayudé a salir. No fue fácil el retorno.” DONDE USTEDES ESTEN, YO TAMBIEN Al paso de los días, Yanelis, de certificado médico, en su casa, en el reparto La Unión, en Bayamo, lamenta no poder estar ahora entre sus pacientes. La encontramos entre areosoles, antibióticos y “reposo”, pero pendiente, mediante el teléfono, de la cotidianidad de la comunidad de Grito de Yara y los barrios aledaños, de donde ya se siente parte. Mientras conversamos, se ve forzada a detenerse por la tos y la respiración entrecortada. Retoma el tema y asegura que la inquietud creció por momentos mientras caía la tarde. “Aproximadamente a las 5:00 pm llegaron las carretas, acomodamos a los vecinos, y ya oscuro salimos por un camino bastante dañado, que hizo la evacuación un tanto accidentada, se viraba hasta casi topar el suelo, lo que provocaba que nos agolpeáramos constantemente. “Pocos recursos podía emplear, al no haber electricidad. Las técnicas de Medicina Natural Tradicional (MNT) me facilitaron el trabajo, comprimiendo los puntos que podían ayudar a rebasar el asma en un niño de 10 meses de nacido, por eso no lo solté, lo mantuve pegado a mí. “Yo me sentí cada vez peor, ya no podía respirar apenas, el asma me imposibilitaba estar de pie, y por señas le pedí ayuda a la enfermera, ella comenzó a llorar; pararon la carreta, me bajaron, y Sandro, el rehabilitador, me dio los primeros auxilios; eso me ayudó a recuperarme un poco, pues estaba con cianosis. Al llegar al centro de evacuación, la doctora Iraís le suministró oxigeno y le canalizó la vena para el suero, pero Yanelis se negó a recibirlo: “otras personas lo necesitan más”. “La recuperación fue rápida, en menos de una hora estaba con el resto del equipo de salud atendiendo a la población, porque los conozco, sé el problema de cada cual. Esta es mi profesión, mi deber, nadie más indicado que yo para estar al frente del cuidado de mis pacientes“, narra.” ¡QUE VALOR¡ Para Carmen González Álvarez, integrante del Buró provincial del Partido, esta joven doctora es paradigma de valentía, y cumplió, dentro de su terruño, la más hermosa de las misiones, por salvar la vida de sus coterráneos, aún a costa de la propia. “La vi llegar al centro de evacuación empapada, en muy mal estado de salud y con un niño en brazos. Apenas podía articular palabra, pero su preocupación era la atención a los más pequeños y a los ancianos. “Mientras, sus pacientes afirmaban que ella es lo mejor que han tenido, y la definieron como ‘una tacita de oro’. “Me impactó verla negarse rotundamente a utilizar el suero hasta corroborar la existencia de otros, y prácticamente a minutos, ponerse en pie y sumarse al trabajo. “Ya conocía de su encomiable labor en una zona prácticamente inaccesible y de viviendas muy dispersas, pues en solo dos meses ha logrado dispensarizar y conocer toda la comunidad. “Es realmente una profesional de la salud con letras mayúsculas, como lo requiere la Revolución.” El colega Rafael Traba, de la emisora provincial Radio Bayamo, quien presenció al suceso, al ser contactado para tener detalles de primera mano, dijo, visiblemente emocionado: “A esa muchacha lo que le falta en tamaño le sobra en bravura. Soy afortunado por estar presente desde que bajó de la carreta hasta su traslado al hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo. “En poco tiempo ha logrado el cariño, el respeto, la admiración y la confianza de los pobladores de la zona, porque allí lo manifestaron abiertamente, y eso es realmente meritorio.” PRIMERO EL DEBER Graduada en julio de 2012, Yanelis cumple su servicio social en el consultorio de El Aguacate, y atiende Las Ovas, Saladillo, La Macota y El Palmar, con una población de 587 pacientes. “Soy asmática desde los seis meses de nacida, por eso he sido la más mimada de mi familia, de la cual nunca antes me había separado, pero el deber y la responsabilidad me alentaron para adaptarme. Estoy rodeada de gente humilde, sincera, buena, y eso me forja como profesional y como ser humano. “Al terminar el preuniversitario me llegó Ingeniería Química, pero por severos problemas de salud estuve dos años desvinculada totalmente del estudio, luego, mediante el Curso integral para jóvenes, obtuve la carrera de Medicina. “Mi esposo, Yunier Hernández, me animó mucho para ser médico, y es, junto a mi madre, una gran ayuda para mí; también lo son mis hijos, Alejandro y Norge, de nueve y 12 años, respectivamente. “Fue una experiencia imborrable, crecí. Hoy veo la vida diferente”.

lunes, 29 de octubre de 2012

Para que la recuperación sea efectiva

Hay cosas, personas y sitios de la niñez que nunca olvidamos totalmente, a mí por ejemplo me sucede con un tío político que se llamaba Juan González. Su recuerdo se aviva en mi memoria en esta época del año, cuando la temporada ciclónica (del primero de junio al 30 de noviembre) está en su etapa final, porque mi tío Juan se convirtió en la persona más infeliz del mundo el día 9 del onceno mes del año 1932, cuando como consecuencia de un huracán, en la comunidad de Santa Cruz del Sur, provincia de Camagüey, el nivel del mar subió más de seis metros de altura y penetró 28 kilómetros tierra adentro. En aquel instante ese hombre bonachón y callado vio morir ahogados, sin poder hacer absolutamente nada, a su esposa e hijos, y quedó totalmente solo, hasta que años después, ya residiendo en Manzanillo contrajo segundas nupcias con mi tía Josefita. Siempre que pienso en el asunto concluyo que hoy eso hubiese tenido un final muy diferente, pues un factor decisivo para la prevención de desastres naturales es la información, ya sea acerca del fenómeno y su comportamiento o sobre los conocimientos básicos para enfrentarlo. Al igual que ese trágico suceso, engrosan en el país la lista de fenómenos que han causado estragos a la economía y pérdidas de vidas humanas, antes del triunfo de la Revolución, los huracanes de 1917, 1918, 1924 y 1944, y en la mayor parte de los casos las personas se enteraron de su presencia cuando sintieron sus embates, pues carecían de información y de preparación para enfrentarlos. Gracias a los avances científico-técnicos, ahora es posible conocer sobre la formación, el desarrollo y la trayectoria de los eventos meteorológicos que amenazan la región del Caribe y los mares vecinos, lo cual posibilita amortiguar considerablemente sus efectos. De igual manera se enseña a la población a preservar su salud en tales circunstancias, alertándoles sobre la importancia de mantener las medidas higiénico-sanitarias que eviten la ocurrencia o propagación de enfermedades. La totalidad de los granmenses conoce ante ciclones o intensas lluvias la vulnerabilidad de los sistemas de abastecimiento de agua o de alcantarillado, pues las instalaciones pueden dañarse, las canalizaciones romperse o las operaciones interrumpirse por falta de electricidad. Después de un desastre, el agua puede ser el producto más valioso, por ser esencial para mantener la vida, pero su calidad es imprescindible para evitar la extensión de dolencias como, diarreas, parasitosis y fiebre tifoidea. Por estos días, cuando el devastador “Sandy” ya se alejó de nuestro territorio es preciso continuar con medidas como hervir el agua, utilizar la alternativa de tratarla con hipoclorito de sodio y almacenarla en recipientes en buen estado, limpios y con tapa, cuidando que su manipulación posterior solo se realice con una buena higiene personal y con utensilios no contaminados. El impacto de los ciclones en las diferentes esferas de la vida de un país puede ser desastroso, pero la familia dentro de su comunidad debe contribuir en gran medida a hacer que la recuperación sea efectiva.

viernes, 5 de octubre de 2012

Por el regreso

Estudiantes extranjeros, artistas, especialistas, los medios de difusión en Granma y las Redes Sociales en Internet están en función ahora, en Bayamo, para promover la solidaridad mundial en la denominada Jornada 5 X Los Cinco.En la Casa del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, ICAP, la cita será a partir de las 5 de la tarde para refrendar la lucha por el retorno de los Cinco Héroes a la Patria. También se da seguimiento, paso a paso, a cómo anda este caso que más que jurídico se ha convertido en un caso político para castigar la soberanía de la Revolución Cubana. A partir de este 5 de octubre con la presencia de jóvenes extranjeros que estudian en la provincia, artistas comprometidos y personalidades del territorio y la difusión del encuentro por los medios de prensa, se llevará a cabo un programa concebido para tales efectos. La información, suministrada por Noemí Rabaza Fernández, Delegada de ICAP en Granma, agrega que el espacio 5 X Los Cinco, parte del concepto de qué se puede hacer cada día en la lucha por el regreso de los Cinco, no sólo para lograr sistematicidad sino para continuar sumando a esta batalla todas las personas de buena voluntad y amor por la causa. Tenemos que traspasar el discurso y que su impacto se aprecie mucho más en la Radio, la Televisión, en las Redes Sociales donde tenemos tantas personas participando. Hizo referencia al importante aporte que harán los más de 700 jóvenes extranjeros de 61 naciones, que estudian en Granma, quienes despliegan numerosas acciones de solidaridad por Cuba y este será un espacio para dar a conocer al mundo lo que ellos también hacen por los Cinco. Especialistas en el tema también informarán por donde anda el caso, y se dará lectura a cartas que intercambian personas de la provincia con Gerardo, René, Fernando, Ramón o Antonio, documentos de elevado valor, sentimientos e ideas que podrán ser compartidas con el pueblo. Cada día cinco de mes, la Jornada Cinco por los Cinco será un espacio cultural, de combate, pero sobre todo de amor, de sentimientos y para mover el pensamiento por la solidaridad y el regreso de los Cinco Héroes, subrayó.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Romárico Arjona Aguilera:Médico de todos los días

La legendaria figura del doctor Arjona está ante mí. Su rostro refleja una gran bondad e inspira confianza. Verlo así, tan de cerca me emociona, no solo porque hace más de 50 años fue mi pediatra, sino porque su exitosa carrera y esa singular manera que tiene de amar su profesión lo ha hecho trascender las fronteras de Manzanillo. Su nombre completo es Romárico Arjona Aguilera, especialista de primer grado en Pediatría, y quizás el único médico del país que con 84 años se mantiene totalmente en activo, sin haber pensado aún en la jubilación. Su voz está más bien apagada, sin la fuerza de años atrás, y su andar es lento, pero la capacidad intelectual permanece intacta, al igual que los deseos de ser útil y de vivir a plenitud. Sería imperdonable no resaltar la trayectoria profesional y humana de este hombre alto y de pelo escaso y canoso, cuando su amado hospital pediátrico Hermanos Cordové, de Manzanillo, arribó el 10 de octubre último a los cien años de creado. Arjona es hablador por excelencia, gusta de socializar y se da a querer, como afirman sus compañeros de trabajo con infinito respeto. ¿Por qué eligió la Pediatría? La respuesta está precedida de una sonrisa esclarecedora. -No mi hija, en mi época de estudiante no había especialidades, nos graduábamos en Medicina y nos adiestrábamos en la parte que más nos gustara o pudiéramos. Yo por ejemplo, culminé la carrera en 1954 y me quedé en La Habana un tiempito adiestrándome en el manejo y atención de los niños, vivía enamorado de ese segmento poblacional; soñaba con curarlos, y decidí entonces dedicarme a esa rama. ¿Cómo logra entonces venir para Manzanillo nombrado como Pediatra? -!Ay muchacha!, esa es una historia larga, en aquel entonces los trabajos estaban en manos de los políticos y yo me enteré que iban a hacer en Manzanillo un dispensario infantil, lo cual estaba en manos de la señora Martha Fernández Miranda de Batista, inicié entonces las gestiones para regresar y ocupar una de las plazas. “Ahora lo recuerdo y me río, pues donque quiera que ella iba, yo trataba de pasar, con una nota redactada en un recetario con mis generales, solicitándole la plaza, hasta que un día logré llegar a ella. Tuvo la delicadeza de leer mi papelito y movió afirmativamente la cabeza, aquello me estremeció por dentro. “La respuesta fue positiva y regresé a mi ciudad querida como el primer trabajador nombrado en la ONDI ( Organización Nacional de Dispensarios Infantiles).” ¿Cómo llega al entonces hospital Caymari? Bueno, el Dispensario tenía solo seis camas para niños chiquiticos, entonces me presenté para colaborar de forma gratuita en la única sala infantil del hospital, dirigida por el doctor Ulises Estrada Oro y en la cual había 16 capacidades para ingreso. “Yo era prácticamente un mosalbete, pero con mucha responsabilidad y convencido de que ese era mi camino para toda la vida. Así, alternando en esas dos instituciones transcurrió un buen tiempo en el que me formé no solo como profesional, sino como hombre, como ser humano. “El doctor Ulises era un comunista de armas tomar y se vio precisado a irse de la institución para evitar los riesgos, quedo entonces al frente de la sala hasta el triunfo de la Revolución en 1959. ¿De qué modo influye en su vida la Revolución triunfante? -De muchas maneras, como cualquier otro cubano gané en dignidad, en libertad, en respeto, en consideración, siento que el futuro es totalmente cierto. Como profesional, me quedo ya oficialmente en la institución de salud que le llamaron entonces Hermanos Cordové y pasa a ser materno infantil para luego quedar definitivamente como pediátrico. ¿Tiene hijos? -Sí, tres, Ista, Romárico y José, son médicos, la mayor cardióloga, el segundo es fisiatra y el tercero es coproctólogo, todos viven en La Habana. A ellos se suman en mi descendencia seis nietos y un bisnieto. Una nieta ya está terminando la carrera de Medicina. “Mi familia es linda y la adoro, me apoyan y me comprenden, ellos son mi orgullo.” Usted hace 57 años trabaja en el centenario hospital Hermanos Cordové ¿cómo lo ve actualmente? -Hermoso. Ha cambiado mucho, ha crecido y mejorado estructuralmente. Recuerdo por ejemplo los pasillos con sus techos de tejas, las pocas salas, la señora que recogía la ropa y se la llevaba a lavar a su casa, la cocina pequeñita, en fin.... “Hoy todo es diferente, pero su colectivo, su gente sigue siendo magnífica, laboriosa, muy humana, y ese es lo que vale realmente.He hecho aquí todo lo que se puede hacer en Pediatría.” Sus compañeros aseguran que usted viene aquí todos los días, ¿es cierto? -Sí, vengo de domingo a domingo, los días festivos, feriados, los fines y principios de año, los primero de mayo..., porque los enfermos y las enfermedades no tienen día. Es muy importante que uno esté enamorado de su trabajo. “Las dos satisfacciones más grandes de mi vida son dar alta a un paciente y el saludo en la calle de uno de esos niños que uno ha atendido, eso me llena de una alegría indescriptible, si es varón le doy la mano, o le beso la frente si es niña. ¿Qué es para usted esta institución? Arjona calla. Teme quizás que la voz tiemble por el llanto contenido. Dos lágrimas corren por sus mejillas, y dice: “Comprenda, lo es todo, la vida entera. Aquí estaré mientras tenga lucidez, salud y fuerzas.”

miércoles, 5 de septiembre de 2012

CENTRO PARA DEAMBULANTES: Refugio de esperanza

El hombre de unos 70 años fija en la pareja una mirada triste y vacía, y continúa caminando sin rumbo, sin un lugar a donde regresar. Su mente teje, como sueños, los momentos en que quizás él paseó tomado de la mano con la mujer amada. Los pasos solo lo hacen avanzar hacia un punto indeterminado, mientras retumban en sus oídos las chanzas del grupo de muchachos que juega a la pelota debajo de Los Elevados, en Bayamo, provincia de Granma. Rechazados en ocasiones y olvidados en algunos casos por su familia, así se identifica al deambulante, persona que pese a cualquier trastorno o actitud, requiere respeto y comprensión y a quien debemos tratar como ser humano. Ellos son miembros de la sociedad que no comparten con los demás sus normas, modelos ni símbolos establecidos y andan por las calles a la deriva; sin duda, necesitan de la rehabilitación psicosocial. Este es un problema de salud, pero en Cuba se convierte en una cuestión social y aunque estadísticamente no resultan significativos, para una sociedad como la nuestra, que se precia de sus altos valores humanos, resulta insoslayable garantizar el nivel de atención adecuada. En el lenguaje popular se identifican como deambulantes no solo a personas que recorren las calles sin rumbo fijo, sino también a mendigos, vagabundos y alcohólicos, sin tener en cuenta que estos sustantivos denominan a otros segmentos de la población. Su origen es multicausal, depende de muchos factores que entrelazados desencadenan este tipo de reacción o respuesta. Entre ellos se distinguen incapacidad mental y física, la edad avanzada, la viudez, ausencia de hijos, dependencia del alcohol y trastornos psiquiátricos. El estado ayuda y promueve un tratamiento exitoso con el desarrollo de un plan individualizado en la atención y cuidado de las personas necesitadas, que les permite satisfacer sus necesidades básicas y médicas. PARAISO ENCONTRADO Son la paz y la frescura los sellos distintivos de una instalación que rodeada de árboles y con amplios patios, deviene sitio por excelencia de ternura y amor en la localidad de Mabay, municipio de Bayamo. Allí, 18 hombres que caminaban sin punto fijo por las calles del municipio de Bayamo, integran la gran familia del Centro de Deambulantes, atendidos con esmero por 22 trabajadores, enfermeras, celadores, custodios, auxiliares de limpieza y de cocina, cocineras, una asistente, la administradora y la rehabilitadora social y ocupacional. La creación hace tres años de este Centro no solo motivó la aceptación popular, sino que resultó la esperada solución a un problema con alta incidencia social. Iliana Escalona Echavarría, administradora desde entonces, exterioriza hoy su satisfacción por ser parte de ese colectivo y explica que cuentan con todos los recursos y abastecimientos necesarios para la atención a los pacientes, que incluye además de la alimentación requerida, el baño a quien lo precise, el afeitado diario, el chequeo de la salud periódicamente y un alto nivel de comprensión. Espaciosa y ventilada, la confortable institución muestra al visitantes y a sus moradores mucha higiene y orden, áreas de medicina verde, lavandería, televisor, refrigerador y amplias habitaciones. Enelvis Aguilera Ferrales, licenciada en Rehabilitación social y ocupacional, tiene a su cargo la realización de la actividad socialmente útil y la terapia ocupacional. “Disfruto cuanto hago –afirma- uno llega a encariñarse con los pacientes y a verlos como si fueran verdaderamente nuestra familia allegada. “Me toca evaluar cotidianamente la habilidad de cada uno de ellos en el desempeño, es decir, a través de la terapia ocupacional, y llevarlos al parque, a pasear por la comunidad y a museos, o convenir accioners culturales y de extensión de la biblioteca. “La terapia ocupacional incluye tareas laborales, de autoservicio, utilización del tiempo libre, actividades recreativas, deportivas, culturales y dinámicas con familiares.” Al interesarnos por el mecanismo utilizado para el ingreso de los pacientes, explica que se hace a través del área de salud. “Hasta hace poco tiempo era de otra manera, es decir, se les recogía en la calle y los traían para acá, pero ahora los trabajadores sociales del equipo de salud mental de cada área posee el control de las personas deambulantes, y en la medida de lo posible trabaja con ellos, y si no hay otra solución, los ingresa aquí, para su rehabilitación por un tiempo determinado y luego son reinsertados a la sociedad y al seno de la familia si la tienen, si no se le tramita su posible ingreso al Hogar de ancianos, si es adulto mayor. “Es sumamente difícil, llegan sin hábitos de conducta, algunos en una tenaz lucha contra el alcoholismo, y después no quieren irse de alta, pues algunos retoman su actuar y es preciso traerlos nuevamente. “En algunos casos la familia no se siente capacitada para asumir el cuidado de ellos, aunque sea su total responsabilidad, en eso también se trabaja, para convencerlos, prepararlos …, en fin ocupar el lugar que les toca.” En el largo proceso de rehabilitación e incorporación a la sociedad interviene un equipo multifactorial. La dinámica funcional está basada en actividades vinculadas con la mejoría de la calidad de vida de los deambulantes y a su adaptación a las normas sociales. EN BUSCA DEL CAMINO El doctor Ariel del Valle, al frente del Equipo provincial de Salud Mental valora de forma positiva la labor desplegada durante estos tres años por el referido Centro, y resalta igualmente el desempeño del colectivo del situado en Manzanillo para iguales fines. Expone que aunque solo existen esos dos en la provincia, lógicamente insuficientes, se aprecia una disminución de los casos de deambulantes en las calles, como resultado de un trabajo encaminado a tales efectos. Félix Quesada y Manuel Bazán, pacientes del Centro de Mabay, coinciden con la aseveración de Ariel. Félix, por ejemplo, cataloga de muy buena la atención, la alimentación, la higiene…, y hace público su agradecimiento por esta labor tan humana y sensible. “En mi caso –dice-, que no estoy enfermo, solo que perdí todo, la vivienda y mis cosas por azahares de la vida. Es sumamente duro estar en la calle, sin tener dónde ir. Aquí encontré una familia y todo cuanto me hace falta gratuitamente, eso solo es posible por la grandeza de la Revolución.” Manuel Bazán ya estuvo anteriormente siete meses y lleva ahora 30 días, es de Pompita. “Aquí me tienen en perfectas condiciones, lo mejor, recibo todo lo que necesito. Mi problema es con la bebida, cuando me da por darme los tragos me desaparezco de la casa, pues a mí no hay quien me pelee. Espero en esta ocasión resolver definitivamente.” Tuto es un hombre fornido, con un rostro noble y bonachón, propio de quienes tienen retraso mental, vive aquí desde hace tres años, pues de él se desconoce todo, hasta el nombre, por eso el chiqueo que cariñosamente le han puesto. No fue preciso que hablara palabra alguna, su expresió facial y su mirada exteriorizaron el sentimiento de gratitud. Ël y sus restantes compañeros nos dijeron adiós y en el movimiento de sus manos y la sonrisa a flor de labios se dibujó el mensaje: esta es la mejor manera para buscar y encontrar el camino.

CENTRO PARA DEAMBULANTES:Refugio de esperanza

El hombre de unos 70 años fija en la pareja una mirada triste y vacía, y continúa caminando sin rumbo, sin un lugar a donde regresar. Su mente teje, como sueños, los momentos en que quizás él paseó tomado de la mano con la mujer amada. Los pasos solo lo hacen avanzar hacia un punto indeterminado, mientras retumban en sus oídos las chanzas del grupo de muchachos que juega a la pelota debajo de Los Elevados, en Bayamo, provincia de Granma. Rechazados en ocasiones y olvidados en algunos casos por su familia, así se identifica al deambulante, persona que pese a cualquier trastorno o actitud, requiere respeto y comprensión y a quien debemos tratar como ser humano. Ellos son miembros de la sociedad que no comparten con los demás sus normas, modelos ni símbolos establecidos y andan por las calles a la deriva; sin duda, necesitan de la rehabilitación psicosocial. Este es un problema de salud, pero en Cuba se convierte en una cuestión social y aunque estadísticamente no resultan significativos, para una sociedad como la nuestra, que se precia de sus altos valores humanos, resulta insoslayable garantizar el nivel de atención adecuada. En el lenguaje popular se identifican como deambulantes no solo a personas que recorren las calles sin rumbo fijo, sino también a mendigos, vagabundos y alcohólicos, sin tener en cuenta que estos sustantivos denominan a otros segmentos de la población. Su origen es multicausal, depende de muchos factores que entrelazados desencadenan este tipo de reacción o respuesta. Entre ellos se distinguen incapacidad mental y física, la edad avanzada, la viudez, ausencia de hijos, dependencia del alcohol y trastornos psiquiátricos. El estado ayuda y promueve un tratamiento exitoso con el desarrollo de un plan individualizado en la atención y cuidado de las personas necesitadas, que les permite satisfacer sus necesidades básicas y médicas. PARAISO ENCONTRADO Son la paz y la frescura los sellos distintivos de una instalación que rodeada de árboles y con amplios patios, deviene sitio por excelencia de ternura y amor en la localidad de Mabay, municipio de Bayamo. Allí, 18 hombres que caminaban sin punto fijo por las calles del municipio de Bayamo, integran la gran familia del Centro de Deambulantes, atendidos con esmero por 22 trabajadores, enfermeras, celadores, custodios, auxiliares de limpieza y de cocina, cocineras, una asistente, la administradora y la rehabilitadora social y ocupacional. La creación hace tres años de este Centro no solo motivó la aceptación popular, sino que resultó la esperada solución a un problema con alta incidencia social. Iliana Escalona Echavarría, administradora desde entonces, exterioriza hoy su satisfacción por ser parte de ese colectivo y explica que cuentan con todos los recursos y abastecimientos necesarios para la atención a los pacientes, que incluye además de la alimentación requerida, el baño a quien lo precise, el afeitado diario, el chequeo de la salud periódicamente y un alto nivel de comprensión. Espaciosa y ventilada, la confortable institución muestra al visitantes y a sus moradores mucha higiene y orden, áreas de medicina verde, lavandería, televisor, refrigerador y amplias habitaciones. Enelvis Aguilera Ferrales, licenciada en Rehabilitación social y ocupacional, tiene a su cargo la realización de la actividad socialmente útil y la terapia ocupacional. “Disfruto cuanto hago –afirma- uno llega a encariñarse con los pacientes y a verlos como si fueran verdaderamente nuestra familia allegada. “Me toca evaluar cotidianamente la habilidad de cada uno de ellos en el desempeño, es decir, a través de la terapia ocupacional, y llevarlos al parque, a pasear por la comunidad y a museos, o convenir accioners culturales y de extensión de la biblioteca. “La terapia ocupacional incluye tareas laborales, de autoservicio, utilización del tiempo libre, actividades recreativas, deportivas, culturales y dinámicas con familiares.” Al interesarnos por el mecanismo utilizado para el ingreso de los pacientes, explica que se hace a través del área de salud. “Hasta hace poco tiempo era de otra manera, es decir, se les recogía en la calle y los traían para acá, pero ahora los trabajadores sociales del equipo de salud mental de cada área posee el control de las personas deambulantes, y en la medida de lo posible trabaja con ellos, y si no hay otra solución, los ingresa aquí, para su rehabilitación por un tiempo determinado y luego son reinsertados a la sociedad y al seno de la familia si la tienen, si no se le tramita su posible ingreso al Hogar de ancianos, si es adulto mayor. “Es sumamente difícil, llegan sin hábitos de conducta, algunos en una tenaz lucha contra el alcoholismo, y después no quieren irse de alta, pues algunos retoman su actuar y es preciso traerlos nuevamente. “En algunos casos la familia no se siente capacitada para asumir el cuidado de ellos, aunque sea su total responsabilidad, en eso también se trabaja, para convencerlos, prepararlos …, en fin ocupar el lugar que les toca.” En el largo proceso de rehabilitación e incorporación a la sociedad interviene un equipo multifactorial. La dinámica funcional está basada en actividades vinculadas con la mejoría de la calidad de vida de los deambulantes y a su adaptación a las normas sociales. EN BUSCA DEL CAMINO El doctor Ariel del Valle, al frente del Equipo provincial de Salud Mental valora de forma positiva la labor desplegada durante estos tres años por el referido Centro, y resalta igualmente el desempeño del colectivo del situado en Manzanillo para iguales fines. Expone que aunque solo existen esos dos en la provincia, lógicamente insuficientes, se aprecia una disminución de los casos de deambulantes en las calles, como resultado de un trabajo encaminado a tales efectos. Félix Quesada y Manuel Bazán, pacientes del Centro de Mabay, coinciden con la aseveración de Ariel. Félix, por ejemplo, cataloga de muy buena la atención, la alimentación, la higiene…, y hace público su agradecimiento por esta labor tan humana y sensible. “En mi caso –dice-, que no estoy enfermo, solo que perdí todo, la vivienda y mis cosas por azahares de la vida. Es sumamente duro estar en la calle, sin tener dónde ir. Aquí encontré una familia y todo cuanto me hace falta gratuitamente, eso solo es posible por la grandeza de la Revolución.” Manuel Bazán ya estuvo anteriormente siete meses y lleva ahora 30 días, es de Pompita. “Aquí me tienen en perfectas condiciones, lo mejor, recibo todo lo que necesito. Mi problema es con la bebida, cuando me da por darme los tragos me desaparezco de la casa, pues a mí no hay quien me pelee. Espero en esta ocasión resolver definitivamente.” Tuto es un hombre fornido, con un rostro noble y bonachón, propio de quienes tienen retraso mental, vive aquí desde hace tres años, pues de él se desconoce todo, hasta el nombre, por eso el chiqueo que cariñosamente le han puesto. No fue preciso que hablara palabra alguna, su expresió facial y su mirada exteriorizaron el sentimiento de gratitud. Ël y sus restantes compañeros nos dijeron adiós y en el movimiento de sus manos y la sonrisa a flor de labios se dibujó el mensaje: esta es la mejor manera para buscar y encontrar el camino.

Recuerdos de más de tres décadas

A veces me siento a recordar y me transporto muchos años atrás, cuando los sueños llenaban mi mente y mis manos. Vuelvo a ser una adolescente colmada de ilusiones para el futuro, y me veo a pasos acelerados por el pasillo central de mi amada Escuela Vocacional José Martí, de Holguín, con el uniforme azul y la vitalidad reflejada en el rostro. Fueron años de mucho estudio y diversas tareas, compartidas con el cargo de secretaria del Comité de la Unión de Jóvenes Comunistas del plantel, para atender el Deporte, la Cultura y la Recreación. Quizás los recuerdos llegaron a mí por el aniversario 35 de haberse inaugurado ese centro por el Comandante en Jefe Fidel Castro, este primero de septiembre. Me parece ver los edificios flamantes, las áreas exteriores reverdecidas, los dormitorios con su nuevo mobiliario, las aulas ordenadas, espaciosas y limpias, los amplísimos pasillos, las áreas de deportes, el complejo de piscinas..., en fin todo. Allí tuve mis primeros amores de juventud, los besos que bautizaron mis labios, allí comencé a ser responsable y laboriosa y enrumbé mi camino. La decisión de ser médico era pública, algunos de mis compañeros me decían cariñosamente la doctora y esa fue la carrera elegida, aunque solo estudiada hasta el tercer año por motivos agenos a mi voluntad. Hoy para mi beneplácito mi hija sigue esos pasos y ya inició los estudios de la carrera. Atesoro especial cariño por personas como Mercedes, Salvadora, María Arango, Osmani, Lázaro, Alfonsito... todos hoy profesionales de prestigio. Si el tiempo volviera atrás, nuevamente me esforzaría para ser seleccionada por mi índice académico para estudiar en esa escuela, actualmente Instituto Vocacional de Ciencias Exactas José Martí. Rostros frescos dan vida hoy a este “palacio” del saber, que se yergue magestuosamente con igual compostura a la de hace 35 años.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Agua que has de beber... hiérvela

Bendita agua, tan imprescindible para personas y animales, causa incluso de disputas entre vecinos y naciones, resulta un arma de doble filo para quien no la utilice debidamente. Según las estadísticas, alrededor del 80 por ciento de las enfermedades y más de una tercera parte de todas las muertes en los países en desarrollo están relacionadas con el agua, cada ocho segundos fallece un niño por esta causa y en un año más de cinco millones de personas dejan de existir por dolencias vinculadas con su consumo y la falta de higiene en el hogar. La diarrea, originada en un 30 por ciento de los casos provoca una grave deshidratación y malnutrición. La Organización Mundial para la Salud calcula que la morbilidad y mortalidad derivadas de las enfermedades más peligrosas asociadas al vital líquido se reduciría entre un 20 y un 80 por ciento garantizando su potabilidad y adecuada canalización. Los gérmenes que habitan en los ambientes acuáticos pueden provocar cólera, fiebre tifoidea, disenterís, poliomielitis, hepatitis y salmonelosis. Se transmiten al beber agua, comer pescado y marisco contaminados, bañarse, nadar o atravesar aguas infectadas. A la búsqueda de todos estos datos me motivó haber comprobar insitu cómo personas de nuestra provincia de Granma, afectadas recientemente por enfermedades diarreicas agudas y por el vibrio cholerai, se mantienen irresponsablemente en sus trece, como se dice en buen cubano, negados a hervir el agua para tomar, o a tratarla con el hipoclorito. Tal situación no es ni más ni menos que una garrafal irresponsabilidad y un total irrespeto consigo mismo y con sus semejantes, porque contaminarse es también una manera de propagar la bacteria. Esa manera de actuar, que la comprobamos en reciente visita a barrios de Manzanillo, como Flora y Nuevo Amanecer (por donde comenzó actual situación epidemiológica), pertenecientes al poli cuatro, es una muestra fehaciente de la falta de percepción del riesgo. Pero no son ellos los únicos, también lo hemos palpado en Bayamo, y estoy convencida es igualmente un nocivo hábito de granmenses de otros municipios. Duele que mientras los representantes del área de salud y las denominadas brigadistas sanitarias se desgastan en una encomiable lucha para velar por la salud de las familias y por contribuir a frenar a toda costa el brote de cólera, otros, los beneficiarios de esta historia, incumplan con la parte más importante de lo que les toca hacer. Para nadie es un secreto que la situación económica familiar es dura, recrudecida por el cobro del consumo eléctrico, elevado prácticamente a más del ciento por ciento por la mayor utilización de las hornillas, pero la valía de nuestra salud y de la vida amerita buscar alternativas, entre ellas la adquisición y utilización correcta del Hipoclorito de sodio. No podemos continuar “recostados” a las bondades del Sistema de Salud, sin poner todo de sí por apoyar cada medida adoptada para el bienestar del pueblo, a costa de una inversión económica mayúscula y de un esfuerzo supremo.

martes, 10 de julio de 2012

ADIÓS ABEL

Hoy es un día particularmente triste, me tocó decir adiós a Abel Domínguez, alias El Puro, un hombre cabal, alegre, sincero, honesto, laborioso y revolucionario a todas. Lo conocí hace más de 30 años, cuando muy joven comenzaba a trabajar en el periódico “La Demajagua”, al fondo de la casa de Abel e Isabel, su esposa, y desde entonces su sonrisa amplia e iluminada se me metió dentro del corazón, para no salir jamás. Ni que decir de su humeante cafecito que ponía en mis manos luego del saludo, o del cariño conque simpre trató a los míos, especialmente a mi hija, quizás porque la paternidad fue en él, a mi juicio, su más distintiva característica. Padre de numerosa prole, compuesta por Miguel, Julio Abel, Chano, Francisco, Elsa y Margarita, siempre trabajó hasta la saciedad para darles no solo el sustento, sino la mejor educación, y lo logró con creces. “El Puro” dedicó los mejores años de su vida a trabajar, ya viejecito continuaba con ahínco el laboreo diario, ahora como cuentapropista, cuidando bicicletas, lo cual lo hizo una figura pública en Bayamo, por la calidad de sus servicios y el trato único a sus clientes. Era un hombre sumamente alto, más bien largo y huesudo, con una manera peculiar de caminar, como si estuviera subiendo una empinada loma, de manos y pies inmensos, y un rostro bonachón que atrapaba enseguida. Era el retrato de su bondad. Estoy triste, sí, porque se nos fue Abel, para siempre, y porque casualmente su féretro fue expuesto en la misma Capilla en la que estuvo mi padre en sus últimas horas sobre la tierra. Tuve que ponerme fuerte para no romper en un llanto, que no sé bien si era por “El Puro” o por mi propio viejito. El corazón se me apretó tanto, que el aire se quedó atorado en mis pulmones. Quizás el llanto contenido era también por el adiós, por ese adiós cuando alguien conocido y querido sigue el curso de la existencia y va finalmente a reposar en el campo santo. Ese es el camino de todos, pero la despedida sigue doliendo aunque sepamos eso y lo entendamos.

jueves, 5 de julio de 2012

EL PLACER DE MI PROFESIÓN

Hacer periodismo es para mí un placer indescriptible. No importa cómo me siento orgánica o anímicamente, pero si comienzo a escribir, todo lo desagradable desaparece para dar paso a una sensanción de relajación total. Aún así, no todos los temas los trabajo mcon igual gusto, en ocasiones, esos que denominamos “encomiendas” me resultan un poco más difíciles. Ahora hice un reportaje página completa que fue de una complacencia tremenda, pues no imaginé cuántas aristas encontraría en la búsqueda de datos, y menos cuánta sensibilidad humana toparía. Me orientaron escribir sobre el aniversario 20 de En Antena, un programa de la emisora provincial “Radio Bayamo” que sale al aire de lunes a viernes a partir de las 8:30 am, por espacio de 50 minutos. Surgió el 6 de julio de 1992 y hasta la fecha se ha mantenido como el programa de la familia con una gran audiencia. Una de sus secciones me impactó, y fue precisamente la denominada La fuerza de la sangre, que permite encontrar familias hasta el cuarto grado de consanguinidad, que por razones diversas no se conocen; surge en 1998, y hasta el 2 de junio último había resuelto dos mil tres casos. Juan Gómez Verdecia y Magdalena Alarcón, madre e hijo, se conocen gracias a esta sección. A ellos los separaron cuando Juan tenía solamente un mes de nacido y Magdalena, su madre, 17 años. Para ambos, reencontrarse se convirtió en un sueño inalcanzable, pero fue posible. Una nieta de él (residente en Media Luna) escribió al programa y encontraron a Magdalena, habían transcurrido 65 años. La anciana tiene 97 años de edad y una asombrosa lucidez, dice: “Juan es el mayor, verlo fue tremendo, pues lo perdí al mes de nacido. No tengo cómo dar las gracias por este bello regalo”. Yo tambié me siento privilegiada, pues mi profesión me permite poder llegar a cosas como la descrita, por eso estoy convencida de que aunque adoro la carrera de Medicina y la de educadora, si la vida volviera atrás, me decidiría nuevamente por la de Periodismo.

lunes, 18 de junio de 2012

MI REGRESO

Cuando estamos lejos de los sitios y las cosas más queridas es que realmente podemos valorar en toda su magnitud el significado que tienen para nosotros. Después de cuatro meses en casa, entre reposo absoluto, bolsas de hielo y antinflamatorios, por haber sido intervenida quirúrgicamente en la rodilla derecha, regreso a mi periódico querido, a mi quehacer diario que durante 31 años ha llenado mi existencia de un incentivo esencial. Aquí estoy, entre letras y pensamientos, volcando a la pantalla todos los sueños, realidades y criterios acumulados. A mi gente la encontré como siempre, laboriosa, camaraderil y con esa jocosidad que nos alegra la vida y permite sobrellevar los avatares del destino. Solo ensombreció ese regreso tan esperado la ausencia de mi viejito idolatrado el Día de los padres, es decir, ayer, porque él fue y lo será por siempre, la brújula de mi vida. No está físicamente, pero permanece a mi lado con su rostro serio, sus consejos sabios y sus manos suaves acariciando mi cabeza. Encontré en el archivo una crónica que hace alrededor de 10 años le escribí y publiqué en La Demajagua, y que hoy está totalmente vigente. Abrí los ojos al mundo y te vi, infinitamente tierno; balbuceé un papá como primera palabra y lloré tus ausencias obligadas cuando el deber lo impuso. Me acostumbré a tu rostro varonil y serio, a tus brazos fuertes que me protegían, al vez demasiado, a tu uniforme verdeolivo, que despertaba mi curiosidad infantil. De tu mano aprendí los primeros pasos, con la seguridad y estabilidad de tu presencia y compañía. Allí estuviste, siempre a mi lado, en las primeras letras, en las quejas escolares por mi locuacidad y en las felicitaciones por el desempeño pioneril. También permaneciste en los momentos difíciles, en los triunfos, en las decisiones... Cuánto ejemplo se resume en quien nunca impuso nada, solo sugirió o aconsejó. Que enérgico orgullo me hizo sentir tu entrega al trabajo, hasta los 78 años de edad, el respeto y la consideración de tus colegas, y ese inmensurable amor por la Patria y la Revolución. Ya no estás físicamente entre nosotros, pero aún guías mi existencia, pues por igualarte, por ser honesta y cabal como tú, vivo y respiro. A ti debo cuanto soy y tengo, a ti PADRE único, verdadero. Llegue simbólicamente hasta tu mejilla mi beso, que personifica el de miles de hijas.

martes, 24 de enero de 2012

POR LOS TRES DESEOS PRIMARIOS DE UN SER HUMANO

Existen, según he escuchado, ciertas reglas con las cuales en este recién estrenado 2012, si tal fuera el empeño, pudiéramos alcanzar los tres deseos primarios de cualquier ser humano: salud, amor y dinero.
Para quienes la vida es sobre todo una satisfacción espiritual más que material, los dos primeros siempre superarán en importancia al último, aunque sería absurdo e hipócrita negar la necesidad de solvencia económica en pos de encauzar nuestros planes de desarrollo individuales y colectivos.
Propone atinadas reflexiones sobre nuestra actitud, vista como la causa determinante de la pobreza espiritual y material.
Esa verdad no requiere de muchos comentarios, basta con echarle una seria ojeada a los procederes particulares y sacar clara cuenta de si en realidad hemos actuado con voluntad para conseguir metas personales, o contribuir con aquellas de gran envergadura social que la Revolución acomete y de las cuales tantas veces nos desentendemos.
Los cubanos bien pudiéramos representarnos entre los seres del mundo que más pruebas de tenacidad nos han impuesto los últimos tiempos; sabemos mucho más que otros de problemas y carencias, de necesidades, tristezas y también de diferencias generadas por obligadas medidas para recuperar la economía nacional frente a un bloqueo externo que pretende, en vano, estrangularnos.
Mas, internamente, sería ilógico negarlo, también nos hemos autoimpuesto determinadas barreras al olvidar principios básicos como el desinterés, la constancia, la solidaridad...
Esas reglas aseguran que nuestra actitud es no pocas veces la que nos hace pobres y diferentes y propone como mejor fórmula para ser prósperos en el 20012 la observancia de las siguientes reglas: lo ético como principio básico; el orden y la limpieza; la integridad; la puntualidad; la responsabilidad; el deseo de superación; el acatamiento a las leyes y reglamentos; el respeto por el derecho de los demás; el amor al trabajo y el esfuerzo por la economía y su acometimiento.
Por supuesto, alrededor encontramos cientos de compañeros que han hecho de los anteriores principios signos de su comportamiento, entonces se trata de que todos asumamos por igual esa convocatoria, acaso la mejor forma de lograr en el año que nace: salud, dinero y amor.