miércoles, 9 de enero de 2013
Cuidemos la lengua materna
Salir a la calle en Granma es como beber de la fuente de la cubanía, es sentir muy de cerca la característica humana de un pueblo alegre, dicharachero, jaranero y capaz de imprimir a la vida el sello del optimismo.
Todo ello es una realidad, pero también lo es que un elevado número de personas han confundido “la libertad con el libertinaje”, como versa el refrán, y utilizan, aún en plena vía pública un lenguaje bastante distante del correcto.
Tal situación se acentúa, sobre todo, entre adolescentes y jóvenes, que a voz en cuello se dicen entre sí obscenidades como si fueran los más bonitos elogios.
Ya resulta común, incluso, escuchar a las muchachas y hasta a las mujeres no tan jóvenes proferir improperios en el ómnibus, el coche, el parque … o en cualquier sitio, sin prejuicio alguno y en apariencia convencidas de que con ello realzan su feminidad.
El día 23 de abril deviene una gran fiesta mundial de la cultura y para la cultura, fueron, primero los países hispanohablantes en la década del veinte del pasado siglo, quienes eligieron la fecha para celebrar cada año la efeméride, porque un 23 de abril de mil 616 había dejado de existir en Madrid el Príncipe de los Ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra.
Aunque a todos nos corresponde hacer la lengua, de algún modo todos la deshacemos, al incorporarle el descuido la chabacanería, la violencia verbal.
Muchas personas piensan que si agregan a su vocabulario groserías y rudezas, ganan en apariencia y personalidad, pero realmente no es así, solo contribuyen a deteriorar su imagen y ensombrecer el idioma.
Tales hechos de la conducta social deben ser rechazados por la familia, la comunidad, la escuela y sobre todo por los medios de difusión.
Será preciso buscar y adecuar fórmulas para tener ciudadanos cultos, quienes deberán hacer un adecuado uso de la lengua materna, compartida por 500 millones de habitantes del planeta.
Se impone situar al español un lugar prioritario dentro del Sistema de Nacional de Educación, por la importante función que cumple, es decir, elevar la calidad de su enseñanza.
Reflexionemos, la lengua, además de ser el medio de comunicación que nos distingue, es un hecho social, o lo que es lo mismo, es cultura, conducta, identidad, y a través de ella expresamos todo de nosotros.
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