Cuando el recuento obligado llega, y nos detenemos a meditar, nos damos cuenta cuánto ha pasado el tiempo.
Ya suman 58 años de aquel acontecimiento que resultó la llave definitiva para abrir la puerta de nuestra total independencia: el asalto a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, el 26 de julio de 1953.
Pero aunque tiene relación con el asunto, el tema de estas líneas es esa hermosa familiaridad que somos capaces de lograr los cubanos, ante cualquier efeméride o evento.
En mi cuadra, más específicamente en mi Comité de Defensa de la Revolución, la conmemoración de la fecha nos unió y nos reunió. Ninguna mano fue vacía, los sabrosos dulces caseros, las frutas, los licores de casa, en fin todas esas sabrosuras que las amas de casa somos capaces de hacer con un mínimo de recursos, pero con inmenso amor, adornaron una mesa larga y ancha.
Ni qué decir de la caldosa, ese invento tan cubano que es el resultado de las carnes, las viandas, las bolitas de maíz y las especias (recogidas de casa en casa).
Pero lo esencial fue que nos juntamos a celebrar el acontecimiento, reímos, charlamos y hasta bailamos.
Intercambiamos criterios sobre la vida, la economía, el mundo todo.
Resumiendo, solo puedo decir ¡Qué noche¡
martes, 26 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
Puerto Rico y Cuba: Hermanas por siempre
Desde que nací escucho con frecuencia la frase “Puerto Rico y Cuba son de un pájaro las dos alas”, y solo hasta hoy, cuando tuve la posibilidad de intercambiar bien de cerca con un nutrido grupo de portorriqueños, comprendí en toda su dimensión tal aserto.
Visitaron Bayamo como parte de un recorrido por diferentes provincias del país justo cuando se celebra el aniversario 45 de la Misión de Puerto Rico en Cuba, catalogada por ellos como su primera y única embajada en el mundo.
Hombres y mujeres jóvenes y ya no tanto, estrecharon nuestras manos con tal efusividad y muestras de afecto, que tal pareciera el reencuentro de amigos, a pesar de no habernos visto nunca con anterioridad.
La actividad auspiciada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos devino recordación de hechos históricos, de próceres, de pensamientos….., pero sobre todo la confirmación de que ambas naciones son dos banderas con iguales colores e identidad propia, entrelazadas por encima del mar con los lazos de la amistad como lo hace por debajo del mar la cordillera andina.
José Martí con visión preclara afirmó hace dos siglos atrás:”…si quiere libertad Nuestra América, ayude a ser libres a Cuba y Puerto Rico”.
Nadie duda que nos une una relación que viene de nuestros orígenes taínos, y el parecido, además de geográfico, climático, físico, en la forma de hablar, en los gustos, la música y el ritmo al bailar, lo tenemos en el patriotismo, en esa sed insaciable de libertad, de soberanía, de respeto…
Estoy convencida que esa Misión que cumplió cuatro décadas y media seguirá cumpliendo años con igual firmeza y sentimientos.
Visitaron Bayamo como parte de un recorrido por diferentes provincias del país justo cuando se celebra el aniversario 45 de la Misión de Puerto Rico en Cuba, catalogada por ellos como su primera y única embajada en el mundo.
Hombres y mujeres jóvenes y ya no tanto, estrecharon nuestras manos con tal efusividad y muestras de afecto, que tal pareciera el reencuentro de amigos, a pesar de no habernos visto nunca con anterioridad.
La actividad auspiciada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos devino recordación de hechos históricos, de próceres, de pensamientos….., pero sobre todo la confirmación de que ambas naciones son dos banderas con iguales colores e identidad propia, entrelazadas por encima del mar con los lazos de la amistad como lo hace por debajo del mar la cordillera andina.
José Martí con visión preclara afirmó hace dos siglos atrás:”…si quiere libertad Nuestra América, ayude a ser libres a Cuba y Puerto Rico”.
Nadie duda que nos une una relación que viene de nuestros orígenes taínos, y el parecido, además de geográfico, climático, físico, en la forma de hablar, en los gustos, la música y el ritmo al bailar, lo tenemos en el patriotismo, en esa sed insaciable de libertad, de soberanía, de respeto…
Estoy convencida que esa Misión que cumplió cuatro décadas y media seguirá cumpliendo años con igual firmeza y sentimientos.
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